miércoles, 30 de marzo de 2011

Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.

Hace demasiados meses que mis payasadas no provocan tus ganas de reír, no es que ya no me intereses, pero el tiempo de los besos y el sudor es la hora de dormir. Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer tras de si dejo. Mal y tarde estoy cumpliendo la palabra que te di cuando jure escribirte una canción. Un Dios triste y envidioso nos castigo por trepar juntos al árbol y atracarnos con la flor de la pasión, por probar aquel sabor. El agua apaga el fuego y al ardor los años. Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño. Y cada vez peor y cada vez mas rotos, y cada vez más yo, y cada vez mas tú, sin rastro de nosotros. Ni inocentes, ni culpables; corazones que destroza el temporal. No soy yo, ni tu, ni nadie; son los dedos miserables que le dan cuerda a mi reloj. El agua apaga el fuego y al ardor los años, amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño. Y cada vez peor, y cada vez mas rotos. Y cada vez más tu, y cada vez más yo, sin rastro de nosotros. 

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